viernes, 26 de abril de 2013

HASTA PRONTO!



Esta es mi última semana en la unidad de cuidados intensivos, por consiguiente voy a tener que ir despidiéndome.

La verdad es que me ha encantado este rotatorio, nunca pensé que se podían aprender tantas cosas, y podía ser tan atractivo y digno de conocer,  no solo por aquello que se relaciona con la profesión de enfermería, sino por el contacto con el paciente crítico.

Han sido unos meses intensos llenos de contenidos que han conseguido hacerme crecer como persona y como profesional sanitario, me ha encantado ir cada tarde a la unidad y encontrarme a los pacientes y familias, a esas personas que agracen el cuidado, y aunque la gran  mayoría se encuentren en situaciones críticas, con inestabilidad hemodinámica que impide su comunicación y el conectar con el medio, yo se que en algún  momento se darán cuenta del cuidado prestado, y estarán agradecidos por todo lo que han podido hacer por ellos.

De todo este practicum me quedo con el carisma que me han ofrecido las familias, y el trato de los profesionales sanitarios, quien la gran mayoría se ha portado muy bien conmigo, mostrando empeño y preocupación en mi aprendizaje. Por eso quería agradecer a todos aquellos profesionales que me han dedicado esos minutos, atendiendo mis dudas, dando respuestas, ofreciéndome su ayuda, en definitiva aquellos que se han preocupado por mí, y han conseguido hacerme crecer como alumna.

Valoro mucho el trato que he recibido, ya que para mí es importante sentirme a gusto en el puesto de trabajo, ya que facilita la comunicación con el resto del equipo y me motiva para hacer bien mi trabajo.

Me quedo con ganas de estar más tiempo en la unidad, porque aunque hayan sido 2 meses se me han hecho muy corto, ya que cada día en la unidad era un mundo diferente, lleno de improvistos y situaciones de urgencia, casos nuevos por descubrir y curiosos de analizar.

Me ha gustado tanto, que realmente me gustaría trabajar en unidades de pacientes críticos, ya que  creo que en ellas aprendes a conocer el verdadero valor de la vida, y el verdadero significado de ayudar al enfermo, que necesita de tu ayuda de forma inmediata y continuada, ofreciendo cuidados de calidad para no poner en riesgo su vida, ya que se encuentra en una situación entre la vida y la muerte.

Desde el principio tuve claro que elegiría UCI, y estoy muy orgullosa de la decisión que tomé y de la que no me arrepiento, salgo muy contenta del rotatorio, a pesar del “estrés” que hemos vivido, y aunque tenía miedo al principio por lo que me podía encontrar debido a que no me veía capaz de abordar a estos pacientes,  ahora me doy cuenta que con empeño y dedicación en el trabajo y si a esto se suma que  te gusta lo que haces, puedes conseguir grandes logros, aquello que te proponías y que no pensabas que ibas a poder conseguir, aunque también precisa de grandes conocimientos que se aprenden a medida que vas enfrentándote  a este terreno que requiere de tiempo, dedicación y experiencia.

Sé que me voy de la unidad  faltándome por conocer  y  aprender muchas patologías, técnicas, cuidados..., ya que soy consciente de que el mundo de los cuidados críticos es muy extenso, pero me quedo con todo aquello que he aprendido y que aplicaré como futura enfermera en mi trabajo. Quizás estas prácticas me hayan servido como puente para en un futuro estudiar más a fondo esta parte de la enfermería.

El paciente crítico es aquel se caracteriza  por presentar problemas  de salud reales o potenciales  que ponen en peligro su vida, es decir, en compromiso vital  y requiere de cuidados  especializados, donde el paciente no es un "muñeco unido a máquinas" es una persona que necesita de nuestro apoyo, cuidado y dedicación, por eso tenemos que tener grandes conocimientos en su manejo, de ahí que en un futuro me plantee especializarme en cuidados críticos realizando algún curso o máster-experto, la verdad es que esta unidad me ha impresionado,  se aprende muchísimo, de momento es uno de los ámbitos que más me ha llamando la atención.

Para finalizar quisiera mencionar que cada día me doy más cuenta que he elegido la profesión correcta, porque me encanta cuidar, y tener ese contacto cercano con el paciente, ya que es quien realmente te enseña.
¡¡¡¡¡Os  aconsejo que lo conozcáis!!!!!

Para terminar me gustaría decir que;
UCI ES VIDA



HASTA PRONTO





miércoles, 24 de abril de 2013

HASTA EL ÚTLIMO ESCALÓN



La experiencia vivida con M. fue dura y chocante para mí, sobre todo por la rapidez del empeoramiento.

M. de 49 años ingresó en la UCI en un estado muy grave. El motivo de ingreso fue: un hematoma frontal derecho con hidrocefalia secundaria a aneurisma arterial anterior comunicante.

Cuando llegué a la habitación encontré a M. con miles de perfusiones:

  •                  SF 0,9% de 500cc + 20 mEq clk c/6h
  •                  SG 10% de 500cc c/12h
  •                  PC de SF 0,9% de 250cc + 150mg midazolam + 60mg de Cl mórfico a 11ml/h
  •                  PC de SF 0,9% de 250cc + 300mg nimbex a 11ml/h
  •                  PC de SG 5% de 250cc + 30mg noradrenalina a 20ml/h
  •                  PC de nimotop (nimodipino)




M. tenía dos DVE, drenajes ventriculares, uno izquierdo uno derecho. Por uno de ellos no drenaba nada, por la situación de los ventrículos, parcialmente colapsados. Los médicos ya nos avisaron de la mala situación de M. y por ello del máximo control de la misma. Cada hora se realizaba el registro de las constantes de nuestra paciente, cuando normalmente se realiza cada 2 horas. Esto claramente evidenciaba la situación de gravedad con la que nos encontrábamos. La paciente mantenía desde su ingreso PIC altas, con valores entre 20-30, a pesar de las medidas del tratamiento.

He querido incorporar en mi blog un protocolo del manejo de la HIC, para así apoyar con bibliografía las actuaciones con mi paciente.

Monitorización neurológica: Dentro de la exploración clínica realizada de rutina por el DUE se incluirán las pupilas (tamaño y reactividad) cuando el paciente está sedado-relajado. Si el paciente está sin relajación intravenosa y no se está monitorizando la PIC, se incluirá la respuesta motora en la hoja neurológica, independientemente de si está intubado o del grado de sedación. El DUE no explorará en ningún caso los reflejos corneales, debido a que la exploración repetida de los mismos supone un riesgo elevado de ulceración. En caso de que el paciente no esté sedado por vía intravenosa, se valorará la respuesta motora y también el nivel de conciencia. Si está plenamente consciente, es decir contesta a preguntas y obedece órdenes, dejarán de vigilarse las pupilas. Cualquier cambio relevante en la situación  neurológica será comunicado al médico.

Monitorización de la PIC: La monitorización se realizará mediante drenaje ventricular o sensor intraparenquimatoso. Los sensores han de colocarse en el hemisferio con  mayor volumen lesional. Si el paciente presenta algún tipo de coagulopatía, se considerará como una contraindicación relativa y se corregirá ésta antes de la colocación del drenaje o sensor intraparenquimatoso (1). En el caso de mi paciente como he dicho anteriormente contábamos con dos drenajes ventriculares, por ambos teníamos opción tanto de medir el líquido drenado como de medir los valores de PIC, pero al tener esta situación concreta de que uno de los drenajes no drenaba nada, se opto por utilizar uno como medidor del líquido drenado y otro para el control de las PICs.

Después de esta pequeña introducción pasaría a describir de forma más concreta el tratamiento específico de la HIC de mi paciente.

Se considera hipertensión intracraneal toda PIC superior a 20 mmHg, aunque el límite exacto que utilicemos debe individualizarse en cada paciente. Respecto a la presión de perfusión cerebal (PPC=TAM-PIC), nuestro objetivo es mantener unas cifras de PPC en torno a 60. En la práctica, los pacientes con autorregulación intacta pueden manejar adecuadamente valores más altos, de hasta 70, pero deben evitarse los esfuerzos activos con volumen y soporte vasoactivo para mantener PPC superiores a 70, así como cifras de PPC inferiores a 50 que se relacionan con riesgo de isquemia (1). Para ello M. tiene una PC con noradrenalina.

Las medidas que llevamos a cabo, y que están apoyadas por la bibliografía, reconocen diferentes “escalones” de intervención-tratamiento, con M. descubrí todos ellos, ya que desde su ingreso fue empeorando la situación y con ello era necesario el avance a un nuevo escalón de tratamiento.

Medidas iniciales ante elevaciones de la PIC
En caso de elevación de la PIC deberán descartarse en primer lugar todas aquellas situaciones que lo favorezcan (mala adaptación al respirador, sedación o analgesia inadecuadas, cambios posturales recientes, mala posición de la cabeza o cuello, hipertensión arterial, hiponatremia, fiebre, etc). Si no se encuentra motivo aparente para la elevación de la PIC, se valorará la realización de un nuevo TC para descartar una nueva lesión ocupante de espacio y su evacuación quirúrgica en aquellos casos en que sea superior a 25 ml. 

MEDIDAS DE PRIMER NIVEL


Apertura del drenaje ventricular: Si se está monitorizando la PIC a través de un drenaje ventricular la primera medida a tomar será abrir temporalmente el mismo permitiendo la salida de 2-5 ml hasta un máximo de 20 ml/h. En caso de que el drenaje ya esté abierto pero su débito sea escaso, se podrá reducir temporalmente la altura del mismo (por ejemplo de 20 a 15 cmH20 por encima de conducto auditivo externo). La necesidad de evacuar una cantidad de líquido cefalorraquídeo superior a 20 ml/h se debe considerar un fracaso terapéutico y obliga a pasar al siguiente escalón (1). Como he explicado antes, habían sido colocados dos DVE, uno de ellos estaba abierto, mientras que el otro por la falta de drenado estaba cerrado por orden médica.
Relajantes musculares: Actualmente, el uso de relajantes musculares no se recomienda de forma sistemática. Se  utilizan únicamente con el fin de facilitar la adaptación a la ventilación mecánica, reducir la actividad muscular, y facilitar el control térmico cuando estos factores son causantes de elevación de la PIC. En caso de PIC elevada, se administrará un bolo de relajación (preferiblemente vecuronio), profundizando previamente la sedación si hay signos de excesiva reactividad del paciente. Si el bolo de relajación es efectivo y la PIC disminuye, se valorará la necesidad de dejar una perfusión continua. Si el bolo de relajación no es efectivo, lo consideraremos fracaso terapéutico y pasaremos al escalón siguiente. Aunque el bolo no haya sido efectivo para disminuir la PIC, se podrá dejar de todas formas la perfusión continua si ha servido para mejorar la adaptación del paciente a la ventilación mecánica y se considera que está suficientemente sedado.
Manitol al 20%: Se utilizará preferiblemente en forma de bolo de carga. Dosis de 0,25 a 1 g/kg, lo que equivale a entre 90 y 350 cc en cada bolo, no debiendo repetirse antes de 4 horas. Han de reponerse las pérdidas urinarias tras su administración para evitar hipovolemia e hipotensión secundarias, por ejemplo reponiendo con suero salino fisiológico toda diuresis superior a 200 cc en las tres horas siguientes.
Las dosis repetidas de manitol han de suspenderse en el momento en que la osmolaridad sérica esté por encima de 320 mOsm/kg, o la natremia sea superior a 150-155 mEq/l.
Suero salino hipertónico al 7%: es preferible al manitol en caso de hipotensión o inestabilidad hemodinámica. La dosis aconsejable es de 1,5 ml/kg en unos 15 minutos que puede repetirse cada 3-4 horas según respuesta clínica.
Se debe considerar que su administración no está indicada cuando la natremia sea superior a 155 mEq/l o inferior a 130 mEq/l. Efectivamente ante el avance en las medidas de tratamiento que iban llevándose a cabo con M. se prefirió el tratamiento con suero salino hipertónico al manitol.
Retirada de las medidas de primer nivel: Cuando el paciente mantenga PIC inferior a 20 de forma sostenida durante al menos 48 horas, se puede comenzar la retirada de medidas, paulatinamente en otras 48 horas, y en orden inverso.
Deben evitarse las suspensiones bruscas de los tratamientos de primera línea, y conviene recordar que el tratamiento de la hipertensión intracraneal en algunos pacientes (especialmente en lesiones difusas Marshall III y IV), puede prolongarse durante varias semanas (1).

A medida que avanzaba el turno, me preguntaba ¿qué estaba pasando?, ¿por qué no servía el tratamiento?, ¿hasta que limite íbamos a llegar?...

Seguíamos avanzando en los “escalones” de tratamiento

MEDIDAS DE SEGUNDO NIVEL


Barbitúricos, realmente no se recomienda el uso rutinario de los barbitúricos en el tratamiento de la hipertensión  endocraneal. Sin embargo, en caso de fracaso de las medidas de primer nivel y/o de la cirugía se valorará tratamiento a las dosis indicadas. En todo caso, en la valoración se  considerará un problema asociado la existencia de cardiopatía y/o edad superior a 65 años. No dándose ninguno de estos criterios en mi paciente.
La dosis de carga es de 10 mg/kg en 30 minutos, con dosis adicionales de 5 mg/kg cada hora en las tres horas siguientes. La dosis de mantenimiento es de 1 mg/kg/h, aunque la monitorización de su efecto se realiza a través de EEG para conseguir presilencio eléctrico (patrón de brote-supresión con pausas de 6-10 segundos aproximadamente, con una frecuencia de 3-5 salvas por minuto). Hasta que la literatura lo establezca definitivamente, proponemos mantener un valor de  BiS en torno a 15 con una tasa de supresión en torno al 72%, lo que parece tener buena  correlación con el registro EEG de 3-5 salvas/min.
Hipotermia: podría tener algún beneficio debido a su efecto neuroprotector y reductor de la PIC por vasoconstricción. La hipotermia moderada (33ºC) puede valorarse en casos de hipertensión intracraneal superior a PIC de 25, refractaria a las medidas convencionales, como alternativa a los barbitúricos. No se recomienda profundizar la hipotermia más allá de ese punto si no se consigue buen control, dado que no parece que mejore los resultados (1).
En nuestro caso y para mi sorpresa M. no necesitó medidas para conseguir una hipotermia moderada de 33ºC, ella misma era la que se encontraba en esas cifras de forma espontánea.

Las medidas quirúrgicas reconocidas como último nivel, no se llegaron a contemplar con M. por lo que se mantuvo una situación de coma barbitúrico en la paciente.

Según la bibliografía se realizará solo en pacientes con hipertensión intracraneal persistente, que no respondan a todas las medidas anteriores de tratamiento y que no estén hipovolémicos ni padezcan complicaciones cardiovasculares previas. Es más efectivo en pacientes con lesiones difusas, hiperemia absoluta, actividad eléctrica cerebral de alto voltaje, autorregulación metabólica y reactividad vascular al CO2 preservada y un Índice Pulso/Respiración mayor de 1,4. 

Se utilizará el Thiopental en dosis de inducción de 5 - 11 mg/Kg i.v y una dosis de mantenimiento de 4 - 8 mg/ Kg/hora. Se administrará hasta que se controle la PIC o el electroencefalograma (EEG) se haga isoeléctrico, si el EEG se hace plano y no se consigue controlar la PIC se debe suspender. Si se controla la PIC se mantendrá durante 48 horas y luego se retirará escalonadamente, administrando Fenitoina si no se estaba administrando previamente. Cuando se realice debe contarse con un monitoreo hemodinámico adecuado y si se produce repercusión sobre la hemodinamia debe realizarse el apoyo adecuado con drogas vasoactivas (2).

A pesar de todas las medidas realizadas, al día siguiente M. tuvo un episodio de máxima hiperPIC con midriasis pupilar sin reacción a las medidas. Por lo que se decidió cesar el tratamiento, hablar con la familia y valorar la posibilidad de donación de órganos, a lo que la familia se negó. A mi vuelta tras el fin de semana M. ya no estaba.

Tras esta situación puedo sacar distintas reflexiones, una de ellas la labilidad de nuestros pacientes, en el sentido, de su situación de gravedad real. También me pregunto como otros pacientes en situaciones parecidas tanto por su patología como por el tratamiento que reciben, reaccionan de distinta manera a como se ha acontecido en este caso. Y por último la primera pregunta que me hice al ver a M. y su historia, es; ¿desde cuándo tendría esa aneurisma que le ha desencadenado todo esto?, ¿se podría haber detectado antes?, ¿y tratado?...

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

  1. Álvarez Vega MA, Cofiño Castañeda LA, González Alonso E,  Gutiérrez Morales JC, Martín Cuadrado M  y Martín Ortiz  G. Protocolo de manejo de hipertensión intracraneal. Hospital Universitario Central de Asturias. Marzo 2012. Edición: 01 PTMIV050.
  2. Chesnut RM, Marshall LF, Marshall SB: Medical Management of Intracranial Pressure, In CooperPR (ed): Head Injury. Baltimore, Williams & Wilkins: 225-246, 1993.

lunes, 22 de abril de 2013

Contrastes y profilaxis



…Mujer de 59 años que ingresó en la UCI por una isquemia intestinal, como antecedente personal relevante hay una FA (fibrilación auricular) de base, en tratamiento…

Rescato uno de los casos ya vividos en mi rotación e incluido también en pasadas entradas, ya que me parece interesante realizar una búsqueda al respecto sobre algo que me llamó la atención.

El tratamiento de una IMA incluía una serie de medidas generales dirigidas esencialmente a estabilizar la condición clínica y la hemodinámica del paciente y una serie de medidas específicas para cada una de las formas clínicas. Si la condición clínica del paciente lo permite, resulta de utilidad obtener una visión angiográfica del territorio esplénico. Ello permite confirmar el diagnóstico, delinear la estrategia operatoria e iniciar la perfusión de sustancias vasodilatadora (1).

Al entrar en la habitación la paciente se encontraba: HD estable aunque con ligera tendencia a la taquicardia a pesar de la digoxina. Sin oxigenoterapia, es decir, con aire ambiente. Como tratamiento tenía una PC de Urokinasa a 100.000 Uds/h intraarterial, siendo el rango de administración de 60.000-200.000U/hr. Y una PC de Heparina Na+. También tenía como tratamiento Pantoprazol como protector gástrico, SF 0,9% de mantenimiento y Digoxina iv para el control de la FC de su FA de base. Y lo que me llamó la atención al revisar el tratamiento de mi paciente era la perfusión de Flumil (acetilcisteína): fármaco mucolítico, se caracteriza por su acción fluidificante sobre las secreciones mucosas y mucopurulentas en los procesos respiratorios que cursan con hipersecreción y mucoestasis, en base a su actividad lítica sobre los enlaces disulfuro que incrementan la viscosidad de las mucoproteínas. Por su carácter reductor, la acetilcisteína ejerce una actividad citoprotectora en el aparato respiratorio frente a la acción lesiva del estrés oxidativo libre oxidante de diversa etiología a nivel pulmonar. En base a su estructura derivada de la cisteína, la acetilcisteína actúa como precursor en la síntesis de glutation y normaliza sus niveles cuando éstos se reducen por una agresión oxidante continuada sobre el aparato respiratorio (2).

Viendo la ficha técnica de este fármaco no concuerda nada con su patología, cosa que me descolocó. ¿Por qué se pondría como tratamiento esta perfusión sin patología respiratoria de base? ¿Tendría algo que ver con las pruebas diagnósticas (angiografía) que se llevaban realizando durante todo el día?

Pregunté y efectivamente el Flumil se había puesto como profilaxis para revertir el efecto de los contrastes utilizados en la angiografía. Es entonces cuando me planteé ¿Cuáles eran realmente los efectos de dichos contrastes?

Después de saber esto quise saber más acerca de la profilaxis utilizada. 

¿Qué son los materiales de contraste y cómo funcionan?
Los materiales de contraste, también llamados agentes de contraste o medios de contraste, son usados para mejorar fotografías del interior del cuerpo producidas por rayos X, tomografía axial computada (TAC), resonancia magnética nuclear (RMN), y ultrasonido. A menudo, los materiales de contraste permiten al radiólogo distinguir las condiciones normales de las anormales.

Los materiales de contraste no son tintas que cambian el color de los órganos internos permanentemente. Son substancias que cambian temporalmente la forma en que los rayos X u otras herramientas para generar imágenes interactúan con el cuerpo.

Cuando se introducen en el cuerpo, previo al examen por imagen diagnóstica, los materiales de contraste hacen que ciertas estructuras o tejidos del cuerpo se vean diferentes de lo que se verían si el material de contraste no hubiera sido administrado. Los materiales de contraste ayudan a distinguir o "contrastar" las áreas del cuerpo seleccionadas de los tejidos circundantes. Los materiales de contraste ayudan a los médicos a diagnosticar condiciones médicas ya que mejoran la visibilidad de órganos específicos, vasos sanguíneos o tejidos. Los materiales de contraste entran al cuerpo en una de las siguientes tres formas. Pueden ser: tragados (tomado por la boca o vía oral) administrados por enema (dados vía rectal) inyectados en un vaso sanguíneo (vena o arteria; también se dice dado en forma intravenosa o por arteria), como es el caso de nuestra paciente.

Luego del examen por imágenes con material de contraste, el material es absorbido por el cuerpo o eliminado a través de la orina o los movimientos intestinales (3). Debido a su eliminación a través de la orina, es muy importante tener en cuenta esta vía de eliminación. 

Sabiendo ya lo qué son los medios de contraste y cómo funcionan es importante conocer sus efectos, las reacciones adversas a los medios de contraste yodados (MCI) se presentan entre el 5% y el 8% de la población general y se producen por diferentes mecanismos con gravedad variable. Se reconocen dos mecanismos fisiopatológicos principales, por toxicidad directa o por hipersensibilidad, no obstante la patogénesis o mecanismo de acción de los materiales de contraste es complejo y no totalmente conocido (4). Respecto a las reacciones tóxicas que se producen por acción directa del MCI (material de contraste) sobre células y tejidos, proteínas circulantes y sistemas enzimáticos. Los riñones, el sistema cardiovascular (SCV) y el sistema nervioso central (SNC) son blancos característicos de este tipo de reacciones.

Me gustaría por tanto centrarme en los efectos negativos de los contrastes respecto a los riñones. Por ello en mi blog de hoy me gustaría hacer referencia a la nefropatía inducida por medios de contraste yodados (NIC).

En la última década existe una creciente tendencia en la utilización de procedimientos radiológicos que requieren la administración de contraste yodado y esto ha resultado en un incremento en la incidencia de nefropatía por contraste (NIC), una causa frecuente de insuficiencia renal aguda adquirida en pacientes internados, que se asocia a una elevada morbimortalidad. Si bien la administración de contraste yodado en ausencia de factores de riesgo probablemente no requiera precauciones especiales, la incidencia de NIC puede ser elevada en ciertas poblaciones. La NIC se define como un rápido deterioro de la función renal después de  la administración parenteral de material de contraste en ausencia de otras causas identificables. Existen distintas definiciones de NIC, si bien probablemente la más aceptada es un incremento de los valores de creatininemia mayores del 25%, o un incremento absoluto de la creatininemia mayor de 0,5 mg/dL en las 48-72 horas posteriores al procedimiento (4).

Actualmente para la prevención/profilaxis de la misma existen numerosos estudios que han intentado identificar métodos para reducir la incidencia por nefropatía por medio de contraste particularmente en grupos de alto riego. Pretratamientos con diuréticos, tales como furosemida o drogas que tienden a prevenir la vasoconstricción tales como bloqueadores de los canales de calcio, antagonistas de los receptores de adenosina, dopamina, endotelina y péptido natriurético atrial, no han probado un claro beneficio y pueden incluso ser peligrosos. La simple expansión de volumen con solución salina 0.45% o 0.9% se ha encontrado segura y efectiva pero no ha eliminado la enfermedad. En el estudio (PRINCE) no se encontró beneficio en forzar la diuresis con soluciones cristaloides, furosemida, manitol o terapias de baja dosis de dopamina sobre la hidratación sola en pacientes expuestos a medios de contraste que tenían riesgo para nefropatía. La falta de efectos beneficiosos del manitol y furosemida se pueden explicar por sus efectos fisiológicos renales. Manitol induce un proceso de diuresis actúa, la cual incrementa el consumo renal de oxígeno y también actúa como un potente vasoconstrictor renal. La diuresis inducida por la furosemida puede resultar en hipovolemia la cual incrementa el riesgo de daño en los tubulos renales inducido por medio de contraste. La n-acetilcisteína ha demostrado en múltiples estudios clínicos ser una droga antioxidante, de bajo riego barata, con pocos efectos secundarios que asociado a un protocolo completo de hidratación logro demostrar ser el mejor método para prevenir la nefropatía por medio de contraste principalmente en pacientes definidos de alto riego
(DM, ICC, insufiencia renal previa, depleción de volumen, edad, agentes farmacológicos nefrotóxicos). Esta droga reduce el daño renal eliminando los radicales de oxígeno generados como resultado del daño toxico de las células tubulares renales siendo un antioxidante que puede tener efectos vasodilatadores directos en el riñón a través de un incremento en los efectos biológicos del oxido nítrico, el cual es un vasodilatador potente y estable que contribuye a mejorar la hemodinámica renal (5).

Después de esto entendí la importancia de PREGUNTARSE EL POR QUÉ Y PARA QUÉ de las cosas.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

  1. Montoro Huguet MA, Sans Cuffi M. Isquemia intestinal. Guías de práctica Clínica de Zaragoza.2006; 26(2):1-14.
  2. Agencia española de medicamentos y productos sanitarios. Ministerio de Sanidad, política social e igualdad. Ficha técnica Acetilcisteína. Disponible en: http://www.aemps.gob.es/cima/especialidad.do?metodo=verFichaWordPdf&codigo=67196&formato=pdf&formulario=FICHAS
  3. La fuente de información sobre radiología para pacientes. ACR Manual on Contrast Media. Disponible en: http://www.radiologyinfo.org/sp/pdf/sfty_contrast.pdf
  4. García Mónaco R. Medios de contraste radiológico. Ed Journal, 2011. Disponible en: http://www.webcir.org/libro_medios_de_contraste.pdf
  5. Lawrence Villalobos A, Quesada Hernández R. Protocolo de N-acetilcisteína más hidratación en la prevención de la nefropatía por contraste. Revista médica de Costa Rica y Centoamerica. LXIV (579) 63-69; 2007